La máquina de diálisis que nació en un garaje

Rebecca Kelly, de 21 años, debió mirar con desconfianza al nefrólogo de su hija cuando le enseñó aquello. Era poco más que una tartana metálica en forma de caja con algunos remaches de pintura verde, y varios cables asomando. El propio médico había fabricado en el garaje del hospital una máquina de diálisis en miniatura para la niña, de apenas unas semanas de vida.
Millie Kelly había nacido con una rara enfermedad que hace que los intestinos salgan al exterior a través de una deformidad en el abdomen, según informa la prensa británica. Durante la cirugía para solucionar el problema, la pequeña sufrió un fallo renal agudo. Con sus riñones bloqueados, la única esperanza para que sobreviviese era 'engancharla' a una máquina de diálisis hasta que su organismo se pudiese recuperar de la crisis por sí solo.
Sin embargo, con apenas unas semanas de vida y sólo tres kilos de peso, los aparatos que el sistema británico de salud utiliza para pacientes renales (incluso las infantiles) eran demasiado grandes para ella. Estas máquinas de hemodiálisis filtran la sangre por un riñón artificial que cumple las funciones del órgano enfermo, y devuelve la sangre limpia al organismo.
Además, debido a la deformación de su abdomen, Millie tampoco era candidata para la otra opción que existe para estos pequeños: la diálisis peritoneal (que introduce en el abdomen un líquido estéril para absorber los residuos y volverlos a sacar al exterior).
'Brico-Medicina'
Pero ella y su madre tuvieron la suerte de dar con un nefrólogo 'manitas', Malcolm Coulthard, que con la ayuda de la supervisora de enfermeras de nefrología pediátrica (Jean Crosier), diseñó una versión infantil de la máquina tradicional en el garaje del propio hospital, el Royal Victory Infirmary de Newcastle (Reino Unido). Un pieza aquí, un remache allá, una membrana de filtración acullá, un catéter adecuado a sus pequeños brazos... y en poco tiempo el dispositivo estuvo listo para conectar a Millie varias horas al día durante toda una semana hasta que se recuperó.
En España, según explica a elmundo.es el doctor Álvaro Madrid, del Servicio de Nefrología pediátrica del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, es posible someter a diálisis a niños recién nacidos que pesen más de tres kilos, gracias a la existencia de versiones adaptadas de las máquinas para adultos. "Por debajo de los tres kilos la opción es la diálisis peritoneal", explica desde Barcelona. En su centro, han sometido a esta alternativa a bebés prematuros de tan sólo 600 ó 700 gramos.
Millie ya ha cumplido dos años "rebosantes de vida", según su madre, que se ha embarcado en una campaña nacional por los hospitales británicos para apoyar al doctor Coulthard. Ambos quieren que la obra de bricolaje que nació en un garaje se convierta en una máquina de diálisis 'oficial', que pueda utilizarse para todos los niños pequeños cuyos riñones necesiten ayuda.
"La máquina casera se sigue utilizando hoy en día para los bebés más pequeños, con menos peso, en los que no podemos hacer otra cosa", reconoce el facultativo. "Pero si tuviésemos un dispositivo que se pudiese emplear más libremente, muchos más niños se podrían beneficiar de ello".